Bienestar emocional con la Esclerosis Múltiple
El bienestar emocional es un componente importante para sentirnos bien en términos generales y poder apreciar el bienestar en la salud. Las emociones tienen un efecto en nosotros, en cómo nos vemos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea. La realidad es que nuestras emociones influyen en todo. Cuando buscamos tener un buen bienestar emocional queremos experimentar el poder sentirnos bien físicamente. Debemos querer sentirnos motivados para atender bien nuestra salud y preocuparnos por nuestra dieta alimentaria. Es necesario ocupar parte de nuestro tiempo para realizar una cantidad de ejercicios diariamente. También es importante el aspecto social, en cómo te relacionas con los demás, en una escala pequeña y con el mundo que te rodea. Intentar vivir intensamente, alegre y disfrutar de los roles que se ejecutan debe ser una meta de vida. Tener bienestar emocional nos nutre para buscar mejoraría ante los cambios y desafíos que se nos presentan en la vida.Cuando encontramos un buen balance en la vida podemos tener un fuerte sentido de esperanza hacia el futuro.Muchas personas que viven con una enfermedad crónica (como lo es la Esclerosis Múltiple) han aprendido a practicar nuevos comportamientos para poder promover el poder de la resiliencia. Es un proceso que no solo se trata de afrontar la enfermedad sino de florecer, crecer y prosperar con la condición.
Sugerencias de buenas prácticas para tener bienestar emocional con la EM:
- Enfocarse en lo positivo, orientados a la búsqueda de una solución y no en el problema. Es importante que no se confunda el ser positivos con el positivismo tóxico que es un positivismo excesivo que no sabe adaptarse a la realidad del momento y se olvida de las emociones humanas. La psicología positiva busca fortalecer y ayudar a las personas para que puedan tener una mejor calidad de vida y por tal razón su bienestar se traduce en salud, quiere decir que es bueno que seamos positivos, pero tenemos que ser siempre realistas.
- Ser resiliente, reconociendo que la vida tiene altas y bajas. Ser resiliente es tener la capacidad de poder superar circunstancias traumáticas. La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad. Las persona resiliente logra desarrollar equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés y de presión.
- Mantenerse centrado y conectado con el interior. Para conectar con tu interior se tiene que buscar la esencia de lo que somos y se logra aceptando las cosas tal y como son. Cuando estas conectado con tu interior puedes sentirte más sereno, en paz contigo mismo porque entonces existe una coherencia entre lo que se piensa y se hace. Algunas personas realizan una práctica religiosa y/o creencia religiosa para encontrar esa fortaleza interior.
- Aprender a manejar el estrés, viviendo el presente y un día a la vez. Puedes manejar el estrés practicando la meditación, realizando algún ejercicio y haciendo un pasatiempo que disfrutes realizar.
- Practicar la solución de los problemas. Aprender a ver los problemas como oportunidades para crear una solución al problema. Abordar un problema con esta perspectiva ayuda a dirigir y a mejorar la resiliencia. Cada logro te ayudará a fortalecer la auto confianza y contribuirá a tu bienestar emocional.
- Prestar atención a nuestro estado anímico. La depresión, la ansiedad y los cambios de humor son comunes en la población con EM. Si comprendes que puedes estar pasando alguna aflicción emocional es necesario contar con la ayuda y apoyo de un profesional de la salud mental. Buscar y recibir ayuda psicológica es saludable. La salud mental se tiene que normalizar porque atenderla es tan importante como cualquier otra rama de la salud física. Cuando trabajamos en conjunto la mente y el cuerpo tendremos una mejor salud. No es débil quien identifica que necesita ayuda sino demuestra ser una persona capaz de reconocer sus áreas a trabajar y/o fortalecer para buscar tener una mejor calidad de vida.
- Construir y nutrir relaciones saludables. Mantener una buena red de apoyo es beneficioso para una persona que vive con EM. Las relaciones positivas ayudan a reducir el sentimiento de sentirnos aislados y promueve un sentido en nosotros de mayor estabilidad diaria.
- Reconocer las necesidades familiares. La EM afecta nuestro diario vivir, nuestros roles y responsabilidades. También puede afectar las metas y sueños que se tienen en el núcleo familiar. El sentimiento de la perdida, el dolor, la ansiedad y la depresión puede ser compartida y experimentada por nuestros cuidadores, los hijos(a), esposo(a), compañeros de vida y por los padres. Es necesario que esto se comprenda para que todos puedan manejar los ajustes y retos que se presentan conviviendo con la esclerosis múltiple.