Cosas que he aprendido al tener Esclerosis Múltiple
Cuando me diagnosticaron con la condición afronté todas las etapas posibles que pasa un paciente. Encontré una manera de ayudarme y fue escribiendo. De esta manera sentía que podía conectarme con los demás. Mi blog lo titulé: Mi amiga Escle porque comprendí que la condición y yo, teníamos que llevarnos bien desde el inicio porque de lo contrario nos pasaríamos en guerra y eso no era posible para poder convivir con la condición. Algunas personas me dijeron: “no le llames así, ella no es tu amiga”. Pero metafóricamente lo es, aprendimos a tener una relación sana mentalmente y físicamente. La Esclerosis Múltiple no es mi enemiga, es una condición neurológica que ahora forma parte de mí. Aprender a cuidarse en todos los aspectos es necesario, el rol de nuestras emociones y nuestro cuidado físico es bien importante para poder manejar los retos que se van afrontando a la largo de su compañía. Por tal razón, quiero compartir una lista de las cosas que he aprendido junto a mi amiga Escle.
- Soltar las cosas que no tienen importancia
Antes solía preocuparme demasiado por las cosas sin importancia. Las opiniones de los demás me afectaban y ponían en duda mi proceso. Un día me di cuenta que esto me pertenecía a mí. Ahora me enfoco en las cosas que tienen relevancia para mí. Lo que no aporta se elimina y se continúa viviendo. Dedico mi tiempo a personas que me valoran. Mi prioridad es enfocarme en construir la vida que merezco tener.
2. Llamar la condición por su nombre
No asustarnos de más y pensar en posibles escenarios que no han ocurrido es la clave para afrontar nuestro nuevo panorama. Enfocarnos en vivir el presente y en estar bien debe ser nuestro norte. No cuestionarnos porque les pasa esto a algunos y a otros no. Tampoco estar pensando por qué tenemos que vivir con esto. Enfócate en ayudarte. Aprender a llamar la condición por su nombre, te ayudará a buscar las herramientas necesarias para educarte y educar a los demás.
3. Tomar la medicación y/o tratamientos sugeridos
Este es un tema sensitivo y en ocasiones es la parte más difícil para muchos pacientes. Cada paciente es un mundo y tiene síntomas diferentes. Es importante te sientas en confianza con tu equipo médico. Selecciona con cuidado quienes cuidarán tu salud. En ocasiones ocurren situaciones con los medicamentos que no podemos controlar como efectos secundarios, aspectos de cubierta y/o costos que pueden ser muy determinantes a la hora de poder tomar una medicación, orientate.
4. Los días buenos no se desperdician
Todos tenemos subidas y bajadas en la condición. Tenemos días que nos levantamos y nos sentimos con fuerzas, claros de mente y bien animados. Esos días jamás se deben desperdiciar. Cuando tengas las energías, haz lo que te gusta. No pienses cuanto durarán esas energías y veras como podrás gozar el momento en que se presentan. Si sientes que debes tomarte pausas entre cada actividad hazlo, pero no dejes de disfrutar de un buen día.
5. Moderación es parte de nuestro vocabulario
Así como en mi punto anterior recalcaba la importancia de movernos y hacer lo que nos gusta, también debemos recordar que la palabra moderación ahora debe estar presente en la planificación de nuestras actividades. No podemos olvidarnos de las recomendaciones médicas. Tampoco podemos olvidar que cosas pueden alterar nuestros síntomas, debemos ser responsables con nuestras acciones. Si algo no nos hace bien por mejor que nos sintamos, evitémoslo.Busca añadir nuevos pasatiempos que te mantengan en buen ánimo. No olvides la moderación para evitar malos ratos innecesarios, pero no dejes de disfrutar de aquellas cosas que si puedes realizar.
6. Conoce tus límites y no tengas miedo de expresarlos
Todos hemos pasado un periodo de ajustes desde que nos diagnosticaron y nos informaron que cosas podríamos hacer, como las podríamos hacer y cuando las podíamos llevar a cabo. Este punto es algo difícil porque no queremos sentir que cambiamos el medio ambiente de los demás o en ocasiones tenemos miedo que no nos entiendan. Lamentablemente, más allá de preocuparnos, debemos pensar en nosotros y nuestro bien estar. Por tal razón es vital que aprendamos a compartir con las personas que nos entienden y nos apoyan. Evita a las personas negativas que no quieran comprender la condición y permanece al lado de personas que te hagan feliz y te quieran con tus nuevas limitaciones y puedan ajustarse cuando sea necesario para poder compartir contigo. Si gozas de personas así, fomenta esas relaciones porque vale la pena tenerlas cerca.
7. Aprende a pedir ayuda cuando sea necesario
Como paciente no debemos realizar una tarea o actividad que nos coloque en peligro o riesgo. Si no puedes hacer algo, detente, pide ayuda y si estas solo o sola en ese momento, espera a que llegue alguien para ayudarte. Evitemos poner nuestras vidas en peligro de caídas o accidentes. Esto también aplica a cuando antes podíamos realizar algo y de momento vemos que ya no lo podemos hacer, no pasa nada, ahora simplemente necesitas modificar esa actividad, eso no nos hace menos, al contrario, nos hace ser personas conscientes de nuestra discapacidad y seres responsables por nuestra salud y bienestar.
8. No todo lo que ahora me pasa es producto de la EM
Este punto es bien importante y muchos hemos vivido este sentimiento. En la mayoría de los casos en el inicio de nuestro diagnóstico esto nos pasa, es natural y muy normal sentirnos que cada cosa que sentimos podría ser un brote nuevo, una recaída o un síntoma nuevo. Esto pasa porque todavía vamos conociendo nuestro cuerpo y muchas cosas son nuevas y no las entendemos. Pero a medida que vamos conociendo que está pasando en nuestro cuerpo debemos no pasar por estrés innecesario porque puede afectarnos en nuestra salud emocional como en la física. Tratemos de aprender a escuchar nuestro cuerpo.
9. Comprender que cosas puedo hacer y qué cosas nuevas puedo añadir
Lo primordial es verme en un espejo, tal cual soy. Esa persona que ves de frente es quién eres y con quien vivirás siempre. Aceptarte es fundamental para tu tratamiento. Tu cuerpo está lleno de células que escuchan los pensamientos que tienes. Esos pensamientos serán determinante para tu mejoría. Debes dominar tu mente y llenarla de pensamientos agradables, los que no ayudan elimínalos porque no te servirán. Ahora tendrás que aprender que cosas tu cuerpo te dejará hacer y que no. No te llenes de dudas, culpas o dolor. Mantén tu mente ocupada. Busca cosas para realizar que te mantengan ocupado que produzcan sentimientos felices y te motiven día a día. No busques llenar expectativas de nadie, busca llenarte a ti, se feliz contigo mismo. Encuentra espacios de paz y calma dentro de todo lo que vayas a realizar.
10. Ejercitarnos
Es importante que además de recibir el tratamiento también añadas algún tipo de ejercicio físico a tu rutina de vida. No solo ayuda a mantenerte más saludable, sino que combate la fatiga. Habla con tu médico sobre este punto y sigue sus recomendaciones. Realizar algún tipo de ejercicio nos fortalece el cuerpo y ayuda a regular las emociones.
11. Tener una buena alimentación
Debemos aprender a cuidar lo que comemos. Puedes incorporar una visita a un licenciado en Nutrición para que desarrolles un régimen de alimentación supervisado. No olvides realizarte los estudios de seguimiento y mantener todo tu tratamiento de forma responsable y con la debida supervisión médica.
12. Visitar un psicólogo, consejero o grupo de apoyo
Es importante que en los procesos de ajuste de vida y por los nuevos retos que se puedan presentar, se alcance apoyo y ayuda emocional cuando se necesite. No solo debemos cuidarnos la salud física sino también es importante cuidarnos nuestra salud mental. Los cambios traen siempre cosas nuevas y es por esta razón que debemos buscar ventilar con un profesional de la conducta humana lo que nos pasa. Los grupos de apoyo también podrían ser una herramienta. En estos grupos podemos escuchar y conocer otras perspectivas que podrían aportar y ayudarnos a no sentirnos aislados con la situación. Busca la ayuda que necesites tener, aportará a que estés mejor y más tranquilo con todas las emociones nuevas que puedas estar experimentando. Es bueno escuchar a alguien que pueda brindarnos herramientas para vivir mejor con nuestra condición. Atender las emociones es clave para poder llevar mejor todo el proceso.
13. Seamos turistas
La condición no es un impedimento para viajar. Sin embargo, debemos ser responsables en la planificación de nuestras actividades al momento de ponerlas en nuestro calendario. Necesitamos mantener una mente abierta y ser flexibles con nosotros mismos. Podemos planificar, pero debemos estar dispuestos a editar nuestros planes a lo largo del viaje. No podemos pasar por alto o ignorar aquellas cosas que tal vez no podamos realizar porque puede ser contradictorio para nuestra salud. Decidir quienes nos van a acompañar es vital porque debemos estar en compañía de personas que genuinamente comprendan nuestra condición y tengan empatía con nosotros. No es necesario que una experiencia que se supone sea positiva se dañe con actitudes negativas que otros puedan tener si nos sintiéramos mal por no poder mantener el ritmo o necesitar descansar entre actividades. También es importante que seamos sinceros con nosotros mismos y sepamos cuando debemos parar o tomar pausas. La planificación de un viaje puede traernos estrés porque se necesita dinero para llevarlo a cabo. Recomendación, has las cosas con tiempo y con un presupuesto real. No te llenes de falsas expectativas pues podría traerte mal ratos y eso lo debemos evitar siempre que podamos. Y, por último, cada viaje que realices llévalos a cabo con total alegría y con la confianza que todo va a estar bien, cuídate de contraer alguna enfermedad que puedas contagiarte. Bríndate la oportunidad de tener buenas experiencias y no tengas miedo de disfrutar, lo que da felicidad, siempre aporta.
14. Disfrutar al máximo la vida
Aprendamos a vivir nuestra vida un día a la vez. No vivas en un futuro que no has vivido. Vive tu presente, cada día sabiendo que al abrir tus ojos es una nueva oportunidad. Has planes que te lleven a ver, sentir y vivir nuevas experiencias y que aporten a tu bienestar emocional. Solo tenemos una vida y la condición no debe detenernos, tenemos vida y eso es lo importante. La vida tiene grandes enseñanzas, está en nosotros comprenderlas y aceptar aquellas cosas que no podemos cambiar. No es tener una vida perfecta porque eso es una ideología falsa creada por una sociedad que constantemente está en busca de una felicidad que no les llega porque no se dan cuenta que la solución la tienen en sus manos. No es responsabilidad de nadie hacerte feliz, la responsabilidad es tuya. Aprendamos a disfrutar la vida y lo que nos regala. No esperes a que todo esté solucionado o perfectamente arreglado para comenzar a vivir la vida al máximo, la verdadera felicidad comienza por uno mismo. Vive la vida que mereces tener.
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